Etiquetas

jueves, 17 de julio de 2014

Mario

En un viejo parque, en un viejo banco, sentado dando de comer a las palomas, está Mario, con sus tristes ojos surcados de esas arrugas tan entrañables y dulces.

Cierro mis ojos y me sumerjo en su mente.



Estoy parado aquí, mirando, esperando la oscuridad.
No hay más que lluvia, no hay pasos en el suelo.
Escucho esa lluvia suave, su tintineo. No hay nadie que esté intentando encontrarme.

Es el día más solitario de mi vida. Un día solitario, como todos, como otro cualquiera. Debería estar prohibido.


Cuando llegue a donde tú estás, habrá sólo lágrimas de alegría. Me liberaré de los pecados que he cargado todos estos años. Dejaré mi corazón abierto, amaré y no tendré miedo. Sí, cuando llegue a donde tú estás amor. No lloraré más. Tanto dolor y oscuridad, todas esas preguntas que no puedo responder................cuando llegue a donde tú estás.

Primer paso, necesito hablar contigo, camino solo en este mundo sin ti.
Sonrio a tus espaldas, en medio de las líneas del miedo y la culpa. Por qué te fuiste? Dónde me equivoqué? Te perdí.
En algún lugar lejos, en la amargura..................me hubiera quedado contigo. Si lo hubiera sabido, si.........dónde nos equivocamos.....
Me encerré y acabé con mis sueños...........Antes de amanecer escucho tu susurro, en mis sueños, no dejes que la mañana se los lleve.
A fuera los pájaros cantan, como evocando tu partida. Ha pasado una eternidad, desde que partiste. He esperado demasiado tiempo. Oh, por favor, llévame contigo, mi vida.
No puedo creer que te hayas ido, aún vives en mi. Te siento en el viento.........Me guías constantemente. Nunca supe lo que era estar solo hasta ahora, siempre estabas, ahí.
Extraño tu rostro sonriendo para mi. Cierro mis cansados ojos y sé que eres parte de mi.

Empapado en la fría noche.


Hace tiempo que no veo a Mario, su triste mirada ha desaparecido, quizás esté con su amada María y estén sonriéndose los dos. Ojala. 

No sé quien eres pero estoy contigo, Mario.





       

                         Desearía estar contigo...........






3 comentarios:

  1. La soledad de la viudedad es algo que pone los pelos de punta, solo de pensarlo. Pero está ahí, y casi el cien por cien de los emparejados pasa por ello. Lo has reflejado perfectamente en ese deseo de Mario por volver con su María. Cuando se han pasado tantos años juntos, uno se aferra al duelo. Me recuerda un capítulo de "concierto para instrumentos desafinados", de J. A. Vallejo Nágera. En él, un paciente del hospital donde Vallejo trabajaba, presentaba un cuadro de depresión continuada. Cuando Vallejo le dijo que no podía devolverle a su esposa, pero podía recetarle algo para ese dolor que le carcomía, el anciano le dijo: "No, doctor, el dolor no me lo quite; es lo único que me queda de ella".

    ResponderEliminar
  2. La soledad se alimenta casi siempre de nostalgias

    ResponderEliminar
  3. ¿cavaradossi? ¡¡yo te conozco!!

    ResponderEliminar