Fumando un cigarrillo, buscando el aroma de la vida, de una vida perdida que no encuentro, o quizás que encontré y ahora sueño porque la perdí y no recuerdo o ni sé si la deseo.
Anoche soñé que caía la Luna, como una señal de que puede caer en cualquier momento. La Luna cayó y se sumergió en una neblina de polvo, cuando esa nube de moléculas se esfumó, ya no estaba, no había Luna y descendí a la oscuridad.
Besando mi piel mis sábanas, anhelo su aroma, aroma de realidad, de fantasía perdida. Me hundo en su cuerpo buscando que hay ahí adentro, despacio, hurgando cada curva de sus sentidos, susurrándole: " Cuánto te echo de menos"....
Esa luz, la luz que los ciegos ven.
Puede ser, nunca se sabe, que la vida no termine nunca más, puede suceder. Vivir, sobrevivir. Cuando el sonido se vuelve más discordante, buscamos como sobrevivir. El soplo del viento crea formas ondulantes sobre el agua pero el dibujo más bello son las gotas de lluvia danzando en ella.
Busco esa canción para sobrevivir hoy, ese aroma de la vida, unas notas que me hagan soñar, una música a mi silencio interior. Un grito de esperanza a ese silencio de la desesperanza. Ummmm esencia de canela, vainilla, azahar masajea mi olfato y esta melodía endulza mis oídos.
En la calle solo me viene aroma, a gritos, humo de coches, gente perdida con prisas, y en mi paseo mental saboreo el aroma de la vida. Me encanta pasear así.
Preciosa, te he encontrado aquí, después de días y días sin saber de ti. Preocupada por tu ausencia pero respetándola, porque intuyo que lo necesitas. Te echo de menos
ResponderEliminarRepitiendo el comentario de hace un año. Exactamente lo mismo. Muchos besos
ResponderEliminar