Sobre la escena un montón de cuerpos retorciéndose a un ritmo frenético. Mi cuerpo apoyado en la barra del bar mientras mis amígdalas cerebrales se retorcían a ese frenesí rayante.
Con un guiño al camarero llenó un vaso de whiskey sin hielo, lo devoré de un solo trago, deseando el coma etílico musical...
Tubular Bells, Tubular Bells, UA gritaba mi mente.
Salí dando tumbos, mareada y vomité con acento en la e, todo el reguetón que me había intoxicado sanguinariamente y rebuscando en mi bolso mi móvil pude escuchar deseosa el tubular bells que necesitaba en ese momento...
Y me dejé morir.
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